29 ene 2009

Hoy ha salido el sol. Aunque la noche sigue rigiendo en esta casa, la tranquilidad que ahora se respira es como un suave bálsamo para mi piel.
Tal vez sea la calma que precede a la tormenta, o tal vez no. Pero da igual. El caso es que no oigo gritos y, a pesar de que la viborilla se ha dedicado a pregonar con falsas lagrimitas su distorsionada versión de la realidad por la calle, da la sensación de que se han encontrado con una pared.
Puede que cuando tengan dinero para gastarlo en juzgados nos conduzcan a una batalla legal, pero sus excesivas ansias por gastar e invertir al otro lado de Europa me hacen pensar que van a tardar un poquito. Porque esto supone tener que renunciar a algún que otro viajecito hacia ese maravilloso país, sacrificio que comprendo muy grande por parte de ella.
A ver si nos mejora la situación y podemos tener nuestro propio rinconcito sin haber de ir a parar a un piso de alquiler. Me incomoda pensar que nos veamos en la obligación de hacer tantas mudanzas.
Me da un poco de reparo escribir esto aquí, no sea caso que esté llamando el mal tiempo. Pero la verdad es que estas semanitas de tranquilidad las agradezco infinitamente.
Estar aquí me ayudará a valorar más mi hogar cuando lo tenga, pienso bastante en ello.
El caso es que ha salido el sol y agradezco su clara y cálida luz en medio de tanta oscuridad.

2 comentarios:

  1. No sabes cómo me alegro de que te sientas un poco mejor,a veces un respiro para descansar y recuperar fuerzas,nos permite hacer un nuevo balance de las cosas y verlas con un poco más de optimismo.Espero que sea tu caso.
    Un abrazo muy fuerte para que no te sientas sola.

    ResponderEliminar
  2. ¡Muchas gracias por tus ánimos!Y disculpa, por favor, mi tardanza en contestarte. Ahora me es más difícil conectar. Otro abrazo para ti

    ResponderEliminar